La misiva de cuatro páginas enviada a la Presidencia plantea severas críticas al mandatario, menciona supuestos problemas de drogadicción y hace un llamado urgente a evitar un “incendio social” en el país.
El excanciller Álvaro Leyva Durán, quien se desempeñó como ministro de Relaciones Exteriores durante el primer tramo del gobierno de Gustavo Petro, rompió su silencio con una dura carta dirigida directamente al presidente de la República. El documento, entregado a la Casa de Nariño con sello oficial de recibido, contiene afirmaciones que no solo cuestionan el manejo político del jefe de Estado, sino que también abordan aspectos profundamente personales y sensibles, entre ellos, una presunta adicción a las drogas.
En el escrito, fechado el 22 de abril, Leyva expone que la misiva responde a un “deber patriótico” y se enmarca en un llamado urgente para que el presidente escuche, reflexione y actúe. “Le haré llegar de la manera más comedida al señor Presidente Petro una carta personal que espero comprenda y asimile con patriótica generosidad”, había anticipado el exfuncionario desde su cuenta en la red X (antes Twitter) el pasado 10 de abril.
Desde el inicio del documento, Leyva contextualiza sus preocupaciones con el conocimiento directo que, según afirma, tiene sobre el mandatario y que “lo han afectado y lo siguen afectando en lo personal, como jefe de Estado y, consecuencialmente, al país”.
A lo largo de la carta, el exministro revela que pese a haber sido un funcionario cercano, “nunca fue fácil aproximarlo”, y lamenta que durante su gestión como canciller no pudo concertar reuniones para trazar la política exterior. Asegura que la entonces jefe de gabinete, Laura Sarabia, administraba el tiempo del presidente y le negaba el acceso a este.
Sin rodeos, Leyva lanza una de las acusaciones más delicadas: “Fue en París donde pude confirmar que usted tenía el problema de la drogadicción”, afirma. El excanciller relata que durante una visita oficial a Francia, el presidente “se desapareció dos días” y que luego tuvo conocimiento del lugar en el que se encontraba, concluyendo que su comportamiento respondía a una adicción que, asegura, “nunca se ha superado”.
Estas acusaciones no se detienen allí. Según Leyva, esa supuesta condición explicaría ausencias, llegadas tarde, decisiones erráticas, frases incoherentes, e incluso la cercanía con figuras como Armando Benedetti, exembajador en Venezuela, y la propia Sarabia, a quienes señala como personas que se han “aprovechado de su complejísima situación”.
Leyva describe una Presidencia aislada, debilitada en su autoridad, y atrapada en círculos cercanos que, en sus palabras, “lo tienen secuestrado”. “Desvincule a quienes han abusado de usted. Tan evidentes son que están en boca y mentes de cientos de miles de compatriotas”, exhorta.
El excanciller también plantea que los problemas del presidente trascienden lo personal y afectan a todo el país: “Colombia requiere la unión, no la confrontación caótica alimentada desde la jefatura del Estado”. Además, critica las recientes intervenciones del mandatario, a las que califica de provocadoras, cargadas de amenazas, y generadoras de una lucha de clases.
Leyva finaliza con un tono esperanzador pero insistente: “Evitemos entre todos un incendio social. Es posible. Ojalá se animara a recibirme. Le haría una necesaria insinuación pensando en usted y en la nación entera”.
Hasta el momento, la Casa de Nariño no se ha pronunciado oficialmente sobre el contenido de la carta. Sin embargo, el documento marca un hito en la relación entre Leyva y Petro, quienes hasta hace poco compartieron una agenda común centrada en la paz y la política internacional. Hoy, esa cercanía se ha transformado en una de las críticas más duras que haya recibido el presidente desde adentro de su propio gobierno.
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