Una nueva pugna interna sacude a la Universidad de Medellín, esta vez por cuenta de la entrada en vigencia de dos decretos con los que sus actuales directivas han implementado una polémica reestructuración en la planta de cargos. A solo un año del remezón que llevó a la salida del exrector Federico Restrepo y su reemplazo por el abogado Néstor Raúl Posada Arboleda, la institución vuelve a ser escenario de controversia, ahora por los cambios administrativos que comenzaron a regir este mes.
Descontento por cambios estructurales
La reforma ha generado malestar entre docentes y personal administrativo, pues no solo ha supuesto la salida de varios funcionarios clave y la alteración de procesos esenciales, sino que, según denuncian algunos miembros de la comunidad universitaria, se ha venido implementando sin mayores explicaciones.
Los decretos que están en el centro del debate son el Decreto 3, que establece el Plan de Desarrollo Institucional para el periodo 2025-2030, y el Decreto 4, que modifica la estructura organizacional de la universidad. Este último ha despertado las mayores críticas debido a la eliminación de dependencias estratégicas.
Uno de los cambios más sensibles fue la desaparición de la Dirección de Auditoría Interna, encargada de supervisar de manera independiente los procesos administrativos y garantizar la transparencia en la institución. La eliminación de esta dirección ha sido interpretada por algunos como un retroceso en los controles internos de la universidad.
Otro punto que ha causado revuelo es la reducción de la Vicerrectoría Administrativa y Financiera a una simple dirección. Se trata de un cambio significativo, ya que esta dependencia es la encargada de autorizar los gastos de la universidad y gestionar su presupuesto. La medida ha generado incertidumbre, dado que la facultad ya tenía asignados recursos para este año y venía ejecutando proyectos.
En el ámbito académico, la Facultad de Ciencias Básicas y Ciencias Sociales también se vio afectada por la reforma. Según docentes, la eliminación de esta facultad ha dejado un vacío organizacional que hasta ahora no ha sido aclarado, poniendo en riesgo el normal desarrollo de varios programas académicos.
Impacto en la reacreditación y regreso de antiguos aliados
Algunos expertos advierten que estos cambios podrían comprometer los procesos de reacreditación institucional ante el Ministerio de Educación Nacional, el cual podría formular observaciones o incluso sanciones si encuentra inconsistencias entre la nueva estructura y la información previamente presentada por la universidad.
Por otra parte, las reformas han reavivado suspicacias sobre la posible reinstalación de figuras cercanas al exrector Néstor Hincapié, quien estuvo al frente de la universidad por más de dos décadas. Para muchos, la situación actual guarda similitudes con lo ocurrido hace un año, cuando, tras la destitución de Federico Restrepo, varios directivos fueron reemplazados, incluyendo al exdecano de la Facultad de Derecho, Fernando Rodas Duque, sustituido por el político Francisco Alonso Garcés, de conocida cercanía con las nuevas directivas.
Un panorama incierto
El futuro de la Universidad de Medellín se mantiene en la incertidumbre mientras las nuevas directivas avanzan con una reforma que ha sido vista por muchos como impuesta y sin suficiente socialización con la comunidad educativa. Mientras tanto, los riesgos para la estabilidad administrativa, académica y financiera siguen latentes, con la posibilidad de que el descontento escale a un conflicto mayor dentro de la institución.
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