La polémica por la asistencia de Gustavo Petro a la posesión de Nicolás Maduro: ¿diplomacia o doctrina Estrada?


En medio de un complejo escenario político y diplomático, se ha desatado una controversia en Colombia por la posible asistencia del presidente Gustavo Petro a la ceremonia de juramentación de Nicolás Maduro, programada para el 10 de enero de 2025. La decisión, que aún no ha sido confirmada oficialmente, ha generado reacciones encontradas entre sectores políticos, académicos y sociales.

Personalidades como excancilleres, exministros, economistas y académicos han expresado públicamente su rechazo a la posibilidad de que Petro asista al evento, argumentando que tal acto significaría un respaldo tácito al régimen de Maduro, cuestionado en múltiples escenarios internacionales. Sin embargo, esta postura parece responder más a las inclinaciones opositoras hacia el gobierno actual que a un consenso popular.

La doctrina Estrada: un principio de no intervención

En este contexto, resurge la doctrina Estrada como una posible guía para abordar la polémica. Este principio, formulado en 1930 por el canciller mexicano Genaro Estrada, sostiene que ningún gobierno requiere reconocimiento formal de otros Estados para proclamar su legitimidad. En cambio, enfatiza la soberanía y la no intervención como pilares fundamentales de las relaciones internacionales.

La doctrina Estrada ha sido adoptada históricamente por varios países latinoamericanos como una herramienta para resistir la influencia de potencias extranjeras, especialmente de Estados Unidos. En la actualidad, sigue siendo un baluarte para la autodeterminación de los pueblos, principios consagrados en organismos internacionales como la OEA y la ONU.

La relación bilateral y el restablecimiento diplomático

Desde el inicio del mandato de Gustavo Petro, las relaciones entre Colombia y Venezuela han experimentado un proceso de normalización. Este avance ha beneficiado significativamente a los ciudadanos que habitan en la frontera de ambos países, facilitando el comercio, la movilidad y el acceso a servicios.

Asistir a la posesión de Maduro bajo el amparo de la doctrina Estrada no implicaría un juicio sobre la legitimidad del gobierno venezolano, sino un compromiso con los principios de soberanía y no intervención. Además, reforzaría el liderazgo de Colombia en la región como un actor que promueve la estabilidad y el diálogo, alejándose de las tensiones ideológicas y geopolíticas.

La postura oficial: presencia diplomática, no presidencial

De manera oficial, se ha informado que el embajador de Colombia en Venezuela, Milton Rengifo, representará al país en la ceremonia de posesión. Esta decisión podría interpretarse como una forma de equilibrar las críticas internas con el interés estratégico de mantener relaciones diplomáticas estables con Venezuela.

Un precedente para la política exterior colombiana

La adopción de la doctrina Estrada como eje de la política exterior colombiana podría marcar un hito en la reafirmación de la soberanía nacional frente a las presiones externas. Este enfoque no solo consolidaría una postura independiente y soberana, sino que también sentaría un precedente en América Latina para la construcción de un hemisferio más equitativo y respetuoso de las diversidades políticas.

La decisión de Gustavo Petro respecto a la posesión de Nicolás Maduro trasciende el debate político interno. Representa una oportunidad para reafirmar los principios de no intervención y autodeterminación en la región, promoviendo una política exterior basada en el respeto mutuo y el fortalecimiento de las relaciones bilaterales.

Por: Hernando Angarita Carvajal

@HernandoAngaritaCarvajal @Fmsantander @Xenderofm @hernando_angarita #HernandoAngaritaCarvajal 


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1 Comentarios

  1. Gustavo Francisco Petro Urrego asiste a la posesión de Nicolas Maduro a última hora. De mi se acordarán.

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