Hace dos años, el periodismo cucuteño despidió a uno de sus más grandes exponentes, Jaime Rondón Espinosa (Q.E.P.D.), nacido el 10 de septiembre de 1945. Su partida dejó un vacío irreparable, pero también un legado de excelencia, ética y compromiso que perdurará en las generaciones futuras.
Tuve el privilegio de compartir con él, como coequipero, en el Colegio Nacional de Periodistas (CNP) Norte de Santander, donde desempeñó con honor los cargos de vicepresidente y secretario general. Jaime no solo destacó por su impecable trayectoria profesional, sino también por su calidad humana, sus virtudes éticas y su inquebrantable sentido de moralidad, valores que lo convirtieron en un referente para nuestra profesión.
Pasión y valentía: pilares de su vida
Jaime siempre defendió que el periodismo es «el mejor oficio del mundo», a pesar de los cuestionamientos que a menudo enfrenta. Su visión del oficio iba más allá de informar; era un llamado a la valentía, a la pasión y, sobre todo, a la responsabilidad de ser un buen ser humano.
En sus comentarios le respondía Parafraseando al célebre Ryszard Kapuściński, «Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias».
Estas palabras no eran solo una reflexión; eran el credo que guió su vida y su ejercicio profesional.
Un ejemplo imborrable para las futuras generaciones
Más allá de su pasión por el oficio, Jaime Rondón Espinosa será recordado como un maestro y guía para quienes compartimos con él momentos de aprendizaje y amistad. Sus enseñanzas y su ejemplo trascienden el tiempo, inspirando a quienes ven en el periodismo una herramienta para servir a la sociedad con integridad y valentía.
Hoy, rendimos homenaje a un hombre que dedicó su vida a dignificar el periodismo, un profesional que dejó huella en cada historia que contó y en cada vida que tocó.
Un homenaje especial a Jaime Rondón Espinosa, quien con su legado de ética y pasión vive en nuestras memorias, sigue inspirando a las nuevas generaciones de periodistas y en cada paso que damos en esta noble profesión. Su espiritu vive en cada palabra escrita y en cada historia contada.
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