La música a todo volumen, las risas y el bullicio de una fiesta que había iniciado al mediodía del sábado se convirtieron en un escenario de horror en la madrugada del domingo. Lo que comenzó como una celebración en una vivienda de tres pisos en el barrio Manrique Central, en el nororiente de Medellín, terminó en un hecho sangriento que dejó tres personas muertas y una más herida.
El altercado que desató la tragedia
La fiesta congregaba a unas 15 personas que compartían entre música, baile y bebidas alcohólicas. Sin embargo, la tranquilidad se rompió cuando, alrededor de las 12:30 a.m., cuatro hombres irrumpieron en la propiedad. Portaban armas de fuego y, según testimonios, comenzaron a intimidar a los asistentes con la aparente intención de robar.
Lo que sucedió a continuación fue una mezcla de confusión y resistencia. Un forcejeo se desató entre los invitados y los delincuentes. En medio del caos, los intrusos dispararon sus armas, impactando a varias personas. La violencia se concentró en el segundo piso de la vivienda, donde tres de las víctimas encontraron la muerte.
Las vidas truncadas
Entre los fallecidos se encuentran Franklin Junior Abello Batista, de 30 años, y Johan Carlos Hernández García, de 20, ambos de nacionalidad venezolana. También perdió la vida Juan Diego Valencia Rojas, un colombiano de 28 años conocido en la zona como El Pollo. Valencia estaba en una casa vecina armando un pesebre cuando escuchó el tumulto y decidió intervenir, encontrando un desenlace fatal.
Además, un hombre de 22 años resultó herido en el tiroteo. Fue trasladado al Hospital San Vicente Fundación, donde fue intervenido quirúrgicamente por heridas que comprometieron un riñón y el hígado. Según el reporte médico, su estado es estable y se encuentra fuera de peligro.
La huida y la búsqueda de los culpables
Tras los disparos, los atacantes escaparon en un vehículo particular, que las autoridades ya tienen plenamente identificado. La Policía Metropolitana de Medellín trabaja intensamente para localizar a los responsables de lo que se ha convertido en la primera masacre del año en la ciudad.
Un panorama sombrío
Este acto violento es un reflejo de una problemática más amplia. Según datos del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), esta masacre en Manrique Central es la número 72 que ocurre en Colombia en 2024, de las cuales 10 han sido en Antioquia. En Medellín, con estas tres muertes, el total de homicidios en el año asciende a 304, aunque la cifra representa una disminución de 54 casos en comparación con el año pasado, según el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc).
Dolor y reflexión en el barrio
En Manrique Central, el ambiente de celebración dio paso a la tristeza y el miedo. Los vecinos, conmocionados, lamentan la pérdida de vidas y se preguntan cómo es posible que la violencia irrumpa con tal brutalidad en un espacio de comunidad y esparcimiento.
La masacre en esta comunidad es un recordatorio doloroso de los desafíos de convivencia y seguridad que enfrenta Medellín, una ciudad que, pese a los avances en la reducción de homicidios, sigue enfrentando episodios de violencia que marcan profundamente a sus habitantes.
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