En una histórica votación, el Senado de la República dio su aprobación final a la llamada ‘ley contra el ruido’, un proyecto impulsado por el representante a la Cámara por Antioquia, Daniel Carvalho. La iniciativa, que consta de 25 artículos, busca enfrentar de manera integral el problema de la contaminación acústica en Colombia, reorganizando la normativa existente y estableciendo una política pública clara para abordar esta problemática.
La ley tiene como principal objetivo dotar a las autoridades regionales y nacionales de herramientas efectivas para controlar el ruido, incluso aquel que se origina en espacios privados, como hogares, donde las fiestas o reuniones suelen convertirse en una fuente de molestia para los vecinos.
“Tomamos toda la normativa ya existente alrededor del ruido y la reorganizamos porque estaba dispersa y bastante confusa. También aclaramos las responsabilidades de las autoridades y una ruta de atención al ciudadano”, explicó Carvalho tras la aprobación.
Pilares de la nueva ley
Además de reorganizar las disposiciones legales sobre el ruido, la normativa contempla estrategias pedagógicas y culturales dirigidas a la ciudadanía, con el fin de concienciar sobre los efectos nocivos de la contaminación acústica. La ley también establece que, en un plazo de 18 meses, los municipios con más de 100,000 habitantes deberán implementar un plan de gestión contra el ruido.
En Medellín, por ejemplo, ya se trabaja en la creación de un escuadrón especial contra el ruido, que estará alineado con las disposiciones de esta nueva ley.
Sanciones y excepciones
La normativa también refuerza las facultades de la Policía Nacional, otorgándole mayores herramientas para sancionar a quienes excedan los niveles de ruido permitidos. “Esto le da más facultades a la Policía para poder multar a esos ciudadanos”, aseguró Carvalho.
El congresista aclaró que esta ley no afectará los eventos culturales, conciertos o festivales que cuenten con las autorizaciones necesarias. “No hay ningún problema si una vecindad quiere hacer una fiesta. El problema es que un solo vecino saque un parlante y dañe la calma de todo un barrio. Es muy diferente una fiesta colectiva, concertada, de una comunidad, a dos personas en una esquina, con un parlante sin dejar dormir a la gente”, concluyó.
Impacto y proyecciones
Con la aprobación de esta ley, Colombia se suma a los países que enfrentan la contaminación acústica como un problema de salud pública. Según Carvalho, la implementación efectiva dependerá del compromiso de las autoridades locales y la participación activa de la ciudadanía.
Este avance representa un cambio significativo en la manera en que el país aborda los problemas derivados del ruido, priorizando el bienestar colectivo y la convivencia en armonía. Ahora, queda en manos de las entidades territoriales y la Policía Nacional garantizar que esta normativa se cumpla, llevando tranquilidad y calidad de vida a miles de colombianos afectados diariamente por el ruido excesivo.
0 Comentarios