El regreso de Armando Benedetti al círculo cercano del presidente Gustavo Petro ha generado fuertes reacciones en el ámbito político, reviviendo controversias alrededor del exsenador y exembajador ante la FAO. Mientras los debates sobre su rol político continúan, en el ámbito judicial uno de los procesos más relevantes en su contra está a punto de dar un giro importante.
Acusación en el caso Fonade
En los últimos dos meses, la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia ha debatido sobre las acusaciones que enfrenta Benedetti por presunto tráfico de influencias en el escándalo de Fonade. Según fuentes judiciales, la Sala ya habría decidido acusarlo formalmente por este delito, aunque la resolución final aún no se ha firmado.
La falta de consenso en la Sala sobre un segundo delito —cuyo detalle no ha trascendido— retrasó el anuncio formal de la decisión. Sin embargo, se espera que en los próximos días se presente un resumen del debate interno, lo que permitirá avanzar con los pasos siguientes en el proceso judicial.
El escándalo de Fonade: un caso de corrupción emblemático
El caso Fonade involucra múltiples señalamientos de tráfico de influencias y manejos irregulares en el Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo. Benedetti ha sido señalado de utilizar su poder político para influir en contrataciones y favorecer a terceros, lo que lo ha puesto bajo el escrutinio de la justicia.
Aunque el exsenador ha negado reiteradamente las acusaciones, el proceso judicial avanza en medio de una amplia atención mediática y política, especialmente dada su cercanía con el actual gobierno.
El retorno político de Benedetti
Mientras tanto, Benedetti reaparece en el panorama político nacional como un aliado clave del presidente Petro. Tras su polémica salida como embajador en la FAO, marcada por la filtración de audios que sacudieron al gobierno y tensaron las relaciones con figuras como Laura Sarabia, su regreso plantea interrogantes sobre el manejo político del oficialismo.
Reacciones divididas
El retorno de Benedetti ha generado divisiones. Algunos sectores ven su reintegración como una estrategia política arriesgada para consolidar mayorías y gestionar el panorama legislativo, mientras que otros consideran que su presencia afecta la imagen del gobierno del cambio, especialmente por su historial de escándalos judiciales y éticos.
Lo que está en juego
El futuro de Benedetti depende tanto de las decisiones de la Corte Suprema como de su capacidad para reconstruir su influencia política. Mientras el proceso judicial avanza, su rol dentro del gobierno de Petro sigue siendo motivo de controversia en un país donde la percepción de corrupción y el manejo de aliados estratégicos tienen un impacto significativo en la opinión pública.
En los próximos días, la Corte Suprema podría marcar un punto de inflexión en el caso Fonade, definiendo si Benedetti enfrentará un juicio formal por los señalamientos de tráfico de influencias. Hasta entonces, su figura sigue navegando entre los cuestionamientos judiciales y el juego político nacional.
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