César Gaviria se impone en el Partido Liberal y vence al petrismo en una polémica convención en Cartagena


En una jornada marcada por la tensión y la división, el expresidente César Gaviria fue reelegido este jueves como director del Partido Liberal en una accidentada convención celebrada en el Centro de Convenciones de Cartagena. Gaviria, quien ha liderado el partido por años, logró asegurar su posición con una abrumadora mayoría, obteniendo 582 de los 750 votos emitidos por delegados de diferentes regiones. La votación dejó en evidencia la escasa influencia del petrismo en esta decisión, pues el exministro y candidato del gobierno de Gustavo Petro, Luis Fernando Velasco, solo consiguió 11 votos. Por su parte, una propuesta para establecer una dirección colegiada encabezada por el senador Alejandro Carlos Chacón obtuvo 24 votos.

La convención, que originalmente estaba programada para iniciar a las 10:00 de la mañana, comenzó con seis horas de retraso debido a dificultades logísticas que impidieron el ingreso oportuno de los más de 1.000 delegados. El prolongado retraso y las fricciones políticas en la antesala del evento contribuyeron al ambiente de inconformidad que se respiró durante toda la jornada.

Las denuncias por irregularidades no tardaron en aparecer. El exministro Velasco advirtió sobre presuntas inconsistencias en el conteo de votos, señalando que algunos apoyos no habrían sido registrados oficialmente, aunque no detalló qué tipo de irregularidades observó o si presentará recursos formales para impugnar la elección.

El ambiente en el recinto reflejó la creciente división en el seno del liberalismo. Durante la convención, se escucharon arengas en contra del presidente Gustavo Petro, con un grupo de delegados coreando “¡fuera Petro!”, mientras que otro sector respondió con gritos de “¡fuera Gaviria!”, evidenciando una brecha que parece profundizarse entre quienes respaldan la gestión de Petro y los seguidores del veterano político.

Esta reelección de Gaviria como director del partido liberal representa una derrota importante para el Gobierno, que aspiraba a ganar terreno en una de las colectividades políticas más influyentes del país. La falta de respaldo a Velasco demuestra que, pese a los esfuerzos de la administración Petro por alinear al liberalismo con sus objetivos, la base del partido sigue fiel a la tradición de independencia bajo la dirección de Gaviria.

La convención también deja claro que el Partido Liberal enfrenta un panorama incierto, con una militancia dividida entre aquellos que buscan acercarse a la administración de Petro y quienes prefieren mantener una línea autónoma. Con César Gaviria a la cabeza, la postura del liberalismo para los próximos años parece orientarse hacia una política de equilibrio, preservando su identidad mientras navega en un escenario político polarizado y en constante cambio.

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