Después de una década bajo el liderazgo de Nicolás Maduro, la economía venezolana muestra signos mixtos de recuperación y persistente fragilidad. Si bien el país ha logrado detener el hundimiento económico de los años anteriores y ha salido de la hiperinflación, los analistas advierten que aún es demasiado pronto para considerar una recuperación completa.
El presidente Maduro anunció en febrero un crecimiento del 5% en 2023 y proyectó un aumento del 8% para este año, una afirmación que contrasta con las proyecciones más conservadoras del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. El Banco Central de Venezuela reconoció una contracción del 52,3% del PIB entre 2013 y 2018, con una continua disminución en 2019.
A partir de 2022, la economía venezolana mostró signos de alivio, con tasas positivas de crecimiento impulsadas por medidas pragmáticas, como una mayor apertura al sector privado y la dolarización informal. Sin embargo, la producción de petróleo, la principal fuente de ingresos del país, sigue siendo notablemente baja en comparación con 2013, lo que ha contribuido al deterioro económico.
Las sanciones impuestas por Estados Unidos al sector energético venezolano desde 2017 han exacerbado esta situación, aunque algunas fueron levantadas temporalmente antes de ser reinstauradas. La producción industrial privada mostró un avance en el primer trimestre de 2024, pero el uso de la capacidad instalada aún está por debajo del nivel previo al gobierno de Maduro.
La emigración masiva también ha impactado profundamente en la economía venezolana, con millones de personas buscando oportunidades en el extranjero, especialmente aquellas con educación universitaria. A pesar de una disminución en la hiperinflación y una inflación acumulada más baja en los primeros meses de 2024, la pobreza multidimensional sigue siendo alta, afectando a más de la mitad de la población.
El anuncio reciente de un aumento en el "ingreso mínimo integral" hasta aproximadamente $130 dólares estadounidenses, coloca a Venezuela entre los países con los salarios más bajos de la región. La Canasta Alimentaria Familiar, según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros, supera con creces este monto, lo que subraya los desafíos persistentes en términos de acceso a alimentos y servicios básicos.
En cuanto a los servicios públicos, los apagones prolongados y la intermitencia en el suministro eléctrico continúan siendo motivo de preocupación, generando protestas y conflictividad social.
Aunque se han registrado algunos avances económicos bajo el gobierno de Nicolás Maduro, Venezuela sigue enfrentando desafíos significativos en términos de producción petrolera, emigración, pobreza y acceso a servicios básicos. La recuperación completa sigue siendo un objetivo distante para el país sudamericano.
El candidato presidencial Luis Eduardo Martínez sobre la economía de Venezuela durante los 11 años de gobierno de Nicolás Maduro. ha asumido una postura crítica sobre la gestión económica del gobierno de Maduro, especialmente considerando los desafíos económicos y sociales que ha enfrentado el país durante ese período, como la hiperinflación, la disminución de la producción petrolera y la emigración masiva.
Ha expresado la necesidad de implementar políticas económicas que fomenten la estabilidad, el crecimiento y la recuperación económica, así como medidas para abordar la pobreza y mejorar el acceso a servicios básicos.
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