Ante el cerco de las autoridades, los traficantes de migrantes, que intentan pisar suelo norteamericano, trazan nuevas rutas y esta vez se dan por el pacífico colombiano, según alertó la Procuraduría General de la Nación.
“Ahora el paso para evadir los controles de las autoridades inicia desde el puerto de Buenaventura llegando a Bahía Solano, luego hasta Juradó y, finalmente, desembocar en Jaque, ya en estado panameño”, informó Javier Sarmiento, procurador delegado para los Derechos Humanos.
El nuevo camino trazado por los ilegales se conoció durante una reunión sostenida con autoridades locales y nacionales en Acandí, (Chocó), en donde el Ministerio Público hizo seguimiento a compromisos asumidos por entidades para el control de la situación.
Durante la mesa de trabajo, el delegado del Ministerio Público insistió en reforzar la presencia del Estado no solo con pie de fuerza sino con aumento de funcionarios de Migración Colombia, ICBF y otras entidades competentes.
Y es que, desafiando la muerte, diariamente, por allí transitan entre 300 o 400 personas, muchos de ellos niños, niñas, adolescentes y madres gestantes, quienes deciden emprender está ruta para llegar a los Estados Unidos.
Tan solo, entre enero y octubre de este año, según datos de Migración Colombia, solo por Necoclí y Turbo, en el Golfo de Urabá, la cifra de migrantes en tránsito fue de 393.193.
Ante la crisis vivida, el delegado de la Procuraduría demandó mayor control de las autoridades con las labores de inspección y vigilancia marítima en el Golfo de Urabá, ya que aún persisten problemas con embarcaciones que, sin cumplir los requisitos, ponen en riesgo la vida de estas personas.
Por último, el funcionario de la Procuraduría, acogiendo el clamor de las autoridades locales, instó nuevamente al Gobierno a prestar mayor atención y a buscar alternativas que permitan salvaguardar los derechos de la población migrante.
CAGD/cc. (@PGN_COL)
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