El Gobierno de Chile extendió este miércoles
2 de marzo, por 15 días más el Estado de Excepción en
cuatro provincias del norte del país, donde existe desde hace un año en la
frontera con Bolivia una crisis
migratoria sin precedentes.
«Estamos utilizando todas las herramientas que permite
la ley para dar seguridad en nuestras fronteras. Por esta razón es que hoy
extendimos por 15 días más el Estado de Excepción en cuatro
provincias de la zona norte», anunció el ministro chileno del Interior.
La medida, en vigor desde el 17 de febrero,
regirá para las provincias de Arica, Parinacota, Tamarugal y El Loa hasta
el próximo 17 de marzo, seis días después de que tome posesión el presidente
electo, Gabriel Boric.
«Los chilenos merecen vivir tranquilos», agregó
Delgado en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter.
Como el despliegue militar ya fue declarado en dos
oportunidades por el Gobierno de Piñera, si Boric quiere una nueva prórroga
necesitará el aval del Parlamento.
Aún no está claro si el Gobierno entrante solicitará
la extensión y la futura ministra del Interior, la médico
independiente Izkia Siches, aseguró la semana pasada que se reunirán en
los próximos días con alcaldes y comunidades para «ajustar y evaluar la
continuidad o no del Estado de Excepción, eventuales correcciones y
mejoras».
El norte de Chile lleva un año sumido en una fuerte
crisis migratoria con la llegada masiva de personas por pasos
clandestinos -la mayoría de nacionalidad venezolana-, el
colapso de pequeñas localidades fronterizas, la celebración de marchas contra
la migración y ataques xenófobos.
Los inclementes pasos altiplánicos siguen formando la
principal ruta de ingreso irregular a Chile, que sigue siendo uno de los países
más atractivos para migrar dentro de América Latina por su
estabilidad política y económica, pese a la pandemia y la crisis social de
2019.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) alertó
en diciembre pasado que cerca de 500 refugiados y migrantes venezolanos, incluidos
niños, cruzan diariamente por pasos fronterizos irregulares entre Bolivia y
Chile y llegan al país «tras varios días sin comer, con deshidratación,
hipotermia y mal de altura».
En lo que va del año ya han muerto al menos tres
personas tratando de cruzar la frontera y más de una veintena desde que se
inició el flujo masivo en febrero de 2021.
En Chile hay 1,4 millones de migrantes, lo que
equivale a más del 7 % de la población, y los venezolanos son los más
numerosos, seguidos de peruanos, haitianos y colombianos.
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